Pascualgrande (Ávila)

Pascualgrande fue uno de los primeros pueblos que visité con ánimo de fotografiarlo profusamente, y por ello le guardo un gran cariño. Quizá fuera la luz del limpio atardecer del verano castellano lo que llamó la atención de mi objetivo, o pudo ser su carácter inequívocamente rural, no lo sé, pero cada vez que recuerdo aquella visita lo hago con mucho afecto y nostalgia. Pascualgrande es muy pequeño, no tiene ni ayuntamientopropio, pertenece al de Crespos. Acabé allí por casualidad, …

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PASCUALGRANDE
Pascualgrande fue uno de los primeros pueblos que visité con ánimo de fotografiarlo profusamente, y por ello le guardo un gran cariño. Quizá fuera la luz del limpio atardecer del verano castellano lo que llamó la atención de mi objetivo, o pudo ser su carácter inequívocamente rural, no lo sé, pero cada vez que recuerdo aquella visita lo hago con mucho afecto y nostalgia. Pascualgrande es muy pequeño, no tiene ni ayuntamientopropio, pertenece al de Crespos. Acabé allí por casualidad, conduciendo entre Crespos (del que me atrajo su preciosa estación) y Fontiveros. Para alguien poco inquieto, Pacualgrande no sería más que ese pueblo minúsculo atravesado por una carretera hacia lugares a priori más interesantes. Pero a mí me sedujo su diminuto tamaño y la presencia de ladrillo mudéjar que tanto abunda por estas tierras de la Moraña. Y también, porqué no, la combinación perfecta de vida y abandono que se da en sus calles. En Pascualgrande el tiempo pareció detenerse hace décadas, y eso es algo poco común en un momento en que la vuelta al campo y un mal entendido reflejo de la vida urbana en el entorno rural están desfigurando tantos pueblos. Entiendo que las construcciones tradicionales de muchas comarcas castellanas no fueron de una gran calidad, y su adaptación a la vida moderna es difícil, pero nunca entenderé ese afán de tanta gente de pueblo, que lo primero que hacen al juntar cuatro pesetas es tirar la casa de toda la vida y construir un chalet plenamente urbano, totalmente ajeno a la tradición de la zona y que destruye el paisaje del pueblo para siempre. En Pascualgrande algún ejemplo de esto podremos encontrar, pero lo cierto es que ha conservado un casco urbano excepcional, paradigma de pueblo morañego.
©2017 Jaime Tello García


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