La Puebla de Híjar (Teruel)

LA PUEBLA DE HÍJAR A pesar de la belleza del casco urbano de La Puebla de Híjar, que responde con gran dignidad a la tipología de pueblo del Bajo Martín de casas encaladas, gran iglesia y callejero retorcido, si por algo ha logrado la fama este lugar es por la existencia de su importante estación, nudo ferroviario que fue importante en la línea de Zaragoza a Barcelona por Caspe y del que partía la línea tristemente abandonada de la Val …

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LA PUEBLA DE HÍJAR
A pesar de la belleza del casco urbano de La Puebla de Híjar, que responde con gran dignidad a la tipología de pueblo del Bajo Martín de casas encaladas, gran iglesia y callejero retorcido, si por algo ha logrado la fama este lugar es por la existencia de su importante estación, nudo ferroviario que fue importante en la línea de Zaragoza a Barcelona por Caspe y del que partía la línea tristemente abandonada de la Val de Zafán, hacia Alcañiz y Tortosa. Aunque esta última fue clausurada en los años 70 del siglo XX, la línea principal aún mantiene el servicio y la estación sigue milagrosamente en activo, recibiendo pasajeros ante la amenaza permanente de la dramática clausura que se cierne o se ha hecho realidad en tantos lugares de España.
Recuerdo la visita a La Puebla de Híjar como un acontecimiento especial en mi vida viajera, ya que llegué hasta aquí caminando desde Híjar, en pleno mes de julio, por la carretera estrecha que comunica ambos pueblos, lo cual en si mismo es una experiencia que me permitió disfrutar de los paisajes casi desérticos que se abren entre los dos pueblos. Además, había llegado en autobús a la propia Híjar desde Zaragoza, y salí de La Puebla en uno de los regionales que se dirigen a Barcelona. No era mi intención partir de La Puebla a una hora temprana, ya que pretendía tomar el tren de la tarde en Samper después de haber visitado este último, al que debería llegar también caminando. Pero la canícula y el cansancio pudieron con mi ánimo, acelerando la marcha y haciendo un rápido recorrido por La Puebla para poder tomar el tren del mediodía. Samper tuvo que esperar un par de años más.
Más allá de la modernidad que trajo el ferrocarril, La Puebla de Híjar es un asentamiento milenario que estuvo poblado desde el tiempo en que los íberos se asentaron en las comarcas del valle del Ebro. El núcleo urbano actual se configuró durante la dominación musulmana, siendo tras la reconquista cuando La Puebla, hasta entonces perteneciente a la jurisdicción de Urrea, y por ello llamada "La Puebla de Gaén", pasó a formar parte de la Baronía de Híjar, que después fue Ducado, tomando en ese momento el nombre que ostenta en la actualidad. No es hasta la expulsión de los moriscos, en 1610, cuando el Duque de Híjar, obligado por la grave despoblación que sufre La Puebla, procede a repoblarla y contribuye, con ello, a un crecimiento urbano sin precedentes que favorece la construcción de los edificios más representativos que conserva en la actualidad. El fin del régimen señorial en el siglo XIX, y la llegada del ferrocarril, promueven un cierto progreso como municipio independiente en el que se desarrollan algunas actividades industriales que aún hoy son perceptibles en el Barrio de la Estación, en el que viejos edificios comerciales y factureros luchan contra el tiempo y el olvido. Actividad industrial que, además, se prolongó en el tiempo con el nuevo Polígono de la Venta del Barro, junto a la carretera de Zaragoza y la vía férrea, creado en los años 90 y dinamizador de la economía comarcal.
© 2017 Jaime Tello García


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