Encinas de Abajo (Salamanca)

ENCINAS DE ABAJO
Muy cerca de Salamanca se encuentra la villa de Encinas de Abajo, asentada al norte de la vieja carretera de Madrid y muy cerca ya del cauce del Tormes y dela nueva autovía. Encinas está rodeada por la fértil vega regada no sólo por el Tormes, sino por los canales de Villoria y Babilafuente que aportan vida a cada rincón de este amplio valle que revienta de verdor fruto del esmerado cultivo de cereal, de la patata y la remolacha. Desde la autovía, la visión del valle exuberante, tras las grandes llanuras en barbecho de las tierras de Peñaranda, supone un espectáculo y un oasis admirable y sorprendente. Y para el que esto escribe, la llegada a Encinas avisa de la cercanía de Salamanca, ciudad en la que he vivido y a la que sigo yendo muy a menudo. Encinas es un pueblo viejo fundado en la repoblación de los territorios cristianizados tras la reconquista, al calor del curso de agua que facilitó el cultivo y el sustento. La pobreza de su arquitectura, de las casas antiguas que sobreviven, hechas de poco más que barro, plantean a las claras la dureza de la vida rural en una comarca cuyo único recurso, la tierra, se ha visto tergiversado por guerras, hambrunas e inclemencias. Por su cercanía a Salamanca, Encinas ha crecido mucho en los últimos años. Viviendas unifamiliares y algún edificio plurifamiliar se han asomado a un paisaje hasta ahora gobernado por la torre de su iglesia y el depósito, muy cercanos entre sí.
© 2017 Jaime Tello García