Bercianos de Aliste (Zamora)

BERCIANOS DE ALISTE Encajonado entre el curso del rio Aliste, que da nombre y carácter a toda una comarca zamorana, y la carretera que corre hacia Ricobayo y la Sierra de la Culebra se encuentra el caserío de Bercianos de Aliste. Si soy sincero, cuando visité Bercianos desconocía por completo la profunda y afamada tradición de su Semana Santa, así que me limité a recorrer sus calles y a disfrutar con la explosión cromática de sus casas de piedra y …

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BERCIANOS DE ALISTE
Encajonado entre el curso del rio Aliste, que da nombre y carácter a toda una comarca zamorana, y la carretera que corre hacia Ricobayo y la Sierra de la Culebra se encuentra el caserío de Bercianos de Aliste. Si soy sincero, cuando visité Bercianos desconocía por completo la profunda y afamada tradición de su Semana Santa, así que me limité a recorrer sus calles y a disfrutar con la explosión cromática de sus casas de piedra y el verdor de sus riberas y sus bosques. Las calles de Bercianos, irregulares y estrechas, se adaptan a la hondonada que ocupa el pueblo al caer sobre el río, y se ven jalonadas por magníficas casas de modesta arquitectura alistana, de lascas, ladrillo y tejados de pizarra, aunque algunas renovadas con gusto cuestionable y demasiado urbano. Pero en general se trata de un conjunto y armónico y homogéneo. En el punto más alto del pueblo, en el que convergen las calles que bajan hacia el río, se ubica la Iglesia de San Mamés, bella espadaña anexa a un sencillo edificio cuya ubicación resalta su relevante papel en la historia de Bercianos. Y uno piensa, tras ver vídeos del Santo Entierro cuya fama a trascendido tanto, cuan lúgubre y fascinante debía ser la procesión en un tiempo pasado alejado de flashes y masificación, una sobriedad rota sólo por el sonido de los pasos de penitentes que, vestidos con su propia mortaja, conducen al Cristo hasta el calvario entre un lánguido miserere. Una tradición de cinco siglos. Pasé por Bercianos casi por casualidad, y me prometí a mi mismo que algún día volvería a conocer su Semana Santa. Aún no he cumplido mi promesa. Tiempo al tiempo.
© 2017 Jaime Tello García


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