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JAIME TELLO GARCÍA – Geógrafo, fotógrafo y viajero

Barruecopardo (Salamanca)

BARRUECOPARDO Visité Barruecopardo un animado día de feria ganadera en el que el griterío del gentío, los niños corriendo de un lado para otro y el sonido de la música popular devolvieron, por un instante, la alegría a las calles de este pueblo pequeño y remoto de los Arribes salmantinos. Barruecopardo es uno de los principales puntos de acceso al parque natural. Aunque se asienta sobre un terreno relativamente llano, no mucho más allá, al oeste, comienza a formarse el …

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BARRUECOPARDO
Visité Barruecopardo un animado día de feria ganadera en el que el griterío del gentío, los niños corriendo de un lado para otro y el sonido de la música popular devolvieron, por un instante, la alegría a las calles de este pueblo pequeño y remoto de los Arribes salmantinos. Barruecopardo es uno de los principales puntos de acceso al parque natural. Aunque se asienta sobre un terreno relativamente llano, no mucho más allá, al oeste, comienza a formarse el cañón que, por estas latitudes, contiene las aguas remansadas por el Salto de Saucelle. Barruecopardo surgió en el siglo XII convertido en Señorío de repoblación de las tierras deshabitadas del Duero. Posteriormente tuvo fuero propio, por lo que su importancia fue creciendo bajo la protección de la Orden de Santiago hasta contar con un castillo, del que nada ha quedado. Dedicado a las tareas agrícolas y ganaderas, que aún forman parte importante de su estructura económica, el pueblo vivió un periodo de auge con la apertura de minas de wolframio en su entorno, abiertas durante gran parte del siglo XX y que provocaron una evolución demográfica algo peculiar, con un fuerte aumento de la población en los años 50 y 60 y el retraso del fuerte éxodo rural hasta que hubieron cerrado las minas, en 1982. El casco urbano de Barruecopardo es amplio, integrado en un paisaje de peñas o resaltos rocosos ("berruecos") de color pardo. Abundan las casas grandes de dos alturas, algunas más altas, y corrales generosos, arquitectura muy renovada la que se asoma a la carretera y algo más olvidada la que trepa por los vericuetos del casco urbano, hacia el sur y el este.
© 2017 Jaime Tello García


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