Señuela (Soria)

SEÑUELA Señuela es una aldea sin ayuntamiento que pertenece al municipio de Morón, en la comarca de Almazán. Corriendo hacia el sur entre Almazán y Medinaceli, por la nueva autovía que deja de lado tantos pueblos olvidados, atisbé en el horizonte la torre fortificada de su iglesia, un faro que quizá sirviera de vigía o alerta en tiempos más agitados que los presentes. Aquél primer contacto con el pueblo no fraguó ya que iba con prisa, pero tomé nota para …

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SEÑUELA
Señuela es una aldea sin ayuntamiento que pertenece al municipio de Morón, en la comarca de Almazán. Corriendo hacia el sur entre Almazán y Medinaceli, por la nueva autovía que deja de lado tantos pueblos olvidados, atisbé en el horizonte la torre fortificada de su iglesia, un faro que quizá sirviera de vigía o alerta en tiempos más agitados que los presentes. Aquél primer contacto con el pueblo no fraguó ya que iba con prisa, pero tomé nota para volver en mejor momento. Y volví meses después. Llegué a Señuela a la hora de la siesta de un templado día de junio y no encontré a nadie por sus calles. Es más, no ví ningún coche aparcado, ni pude escuchar el rumor de la televisión en el interior de alguna casa o el ladrido de un perro. No había signos de vida en Señuela, lo cual no es de extrañar ya que no llegan a diez los vecinos empadronados aquí. Y sin embargo, me llamó la atención el buen estado de conservación de su caserío. Es cierto que había algunas casas abandonadas, incluso caídas, pero en general el pueblo se mantenía en pie, señal de presencia humana, siquiera estacional. Mi paseo por Señuela fue solitario y silencioso. No podía ser de otra forma. La soledad produce en mí más disfrute que otra cosa, ya que percibo el lugar en cuestión como un escenario puesto a mi disposición, y me recreo aún más en los detalles. Por eso creo que recorrí todas y cada una de las calles de Señuela, lo cual por cierto no es decir mucho dado el pequeño tamaño del casco urbano. Cuatro calles de nombres tan descriptivos como abundantes en el medio rural castellano: Horno, Real, Medio. Calles que se cruzan perpendicularmente y dan la espalda al paisaje que se abre hacia el oeste, hacia el amplo valle por el que corren el ferrocarril, la autovía y la vieja nacional, erosionado por arroyos que tributan al cercano Duero. En el extremo norte del pueblo se alza, destacada, la Iglesia de Santo Domingo de Silos, de trazas góticas, cuya torre almenada de la hablaba al principio, presenta un aspecto aún más defensivo en la cercanía. Hacia el sur se abre el callejero y el caserío, dominado por materiales como el sillarejo o el adobe. Casas sencillas y amplias de escasa altura y con sobrado. Calles amplias y bien saneadas por las que el viento encuentra escasa resistencia. Señuela, un mirador extraordinario y un paseo en el que encontrar sosiego.
© 2017 Jaime Tello García


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