NOGUERUELAS En las profundidades de las sierras del oriente turolense, uno de los territorios más bellos, salvajes y despoblados de Europa occidental, se alzan unos cuantos pueblos orgullosos de su historia que luchan por trascender el momento que les ha tocado vivir, un siglo XX que los ha despoblado y un siglo XXI cuyo empuje no parece aventurar grandes cambios que los hagan prosperar. Turismo rural o la vuelta al pueblo de sus viejos vecinos contribuyen, sin duda, a poner …
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NOGUERUELAS
En las profundidades de las sierras del oriente turolense, uno de los territorios más bellos, salvajes y despoblados de Europa occidental, se alzan unos cuantos pueblos orgullosos de su historia que luchan por trascender el momento que les ha tocado vivir, un siglo XX que los ha despoblado y un siglo XXI cuyo empuje no parece aventurar grandes cambios que los hagan prosperar. Turismo rural o la vuelta al pueblo de sus viejos vecinos contribuyen, sin duda, a poner en el mapa lugares tan hermosos como Nogueruelas. Sin embargo, sin una estrategia a largo plazo que garantice su sostenibilidad, parece sucumbir ante los peligros de la sobreoferta turística y el abandono de las administraciones. En otras comarcas más accesibles podría hablarse de estrategias viables de desarrollo. No es el caso de Gúdar-Javalambre, comarca aragonesa inhóspita, difícil, de grandes contrastes y terrible orografía.
Nogueruelas se ubica en la puerta sur de esta tierra indómita. La carretera que da acceso al pueblo tiene continuidad hacia el norte y vertebra, sin duda para el que esto escribe, el recorrido paisajístico más espectacular de toda la península. Es una ruta de alta montaña que comunica Rubielos y el valle del Mijares con Linares, Mosqueruela, Cantavieja y, más allá, el Bajo Aragón, el Matarraña y el Mediterráneo. Un paseo por las comarcas Gúdar-Javalambre, Maestrazgo, Bajo Aragón y Matarraña. El pedazo de territorio más emocionante que yo haya recorrido. Una sucesión de altas sierras y profundos valles, de puertos de montaña, de pinares y también de paisajes deforestados, casi desérticos hacia Castellote. Pueblos milenarios, conjuntos históricos que se suceden sin pausa, plazas defensivas que fueron musulmanas, de trazado medieval, que guardan la esencia de una tierra reconquistada. Sólo pensar en volver a recorrer esa ruta me motiva de tal manera que a punto estoy de abandonar este escrito y lanzarme a la aventura.
Nogueruelas, como decía, se ubica en el extremo sur de este territorio, a los pies de la sierra de de Gúdar. Caserío amplio y encalado dividido en tres barrios, adaptados a la orografía de arroyos y barrancos que forman profundos lechos y riberas. El magnífico ayuntamiento con lonja, del siglo XVI, y la Iglesia de la Asunción, obra de los siglos XIV y XV aunque muy modificada en el siglo XVIII, son los dos edificios más destacados de Nogueruelas. Ambos se ubican en la parte más baja del pueblo. En lo alto, trepando por la ladera, se extiende un gran conjunto de casas que brillan bajo el profundo cielo turolense, y que forman un mosaico de balcones y tejados del que disfrutar desde la carretera que conduce hacia Rubielos. Un espectáculo de arquitectura y naturaleza que se repetirá en Linares, o en Alcalá, o en tantos pueblos de estas tierras altas.
© 2017 Jaime Tello García
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