LUNA El pueblo de Luna es un conjunto histórico de una riqueza excepcional, que bien sería merecedor del renombre de Uncastillo o Sos, las grandes referencias monumentales de las Cinco Villas zaragozanas. En Luna se respira una atmósfera muy especial, como de cuento medieval perdido entre el románico de sus piedras y la belleza de su entorno. Es algo común a toda esta comarca que por Luna despide las sierras que vertebran el territorio al norte para abrazar la amplitud …
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LUNA
El pueblo de Luna es un conjunto histórico de una riqueza excepcional, que bien sería merecedor del renombre de Uncastillo o Sos, las grandes referencias monumentales de las Cinco Villas zaragozanas. En Luna se respira una atmósfera muy especial, como de cuento medieval perdido entre el románico de sus piedras y la belleza de su entorno. Es algo común a toda esta comarca que por Luna despide las sierras que vertebran el territorio al norte para abrazar la amplitud del secano que casi se asoma al valle del Ebro. El río Arba de Biel, en cuya ribera se asientan un buen número de pueblos cincovillanos, se encontrará poco más abajo con al Arba de Luesia, allá por Ejea, y poco después tributará sus aguas al Ebro después de haber recorrido, y vertebrado, un pedazo tan importante de la historia y el paisaje de Aragón.
Luna, a los pies de la sierra que lleva su nombre, es una plaza de larga e intensa historia. Fue reconquistada hace casi mil años, en el 1092, mediante escaramuzas facilitadas por la luz de la luna. El casco urbano del pueblo cae desde el emplazamiento primitivo, en lo más alto del que domina el recodo del río Arba. Un núcleo monumental excepcional formado por el Castillo, las iglesias de San Gil de Mediavilla y Santiago de la Corona, y la Torre del Reloj que aún gobierna la vida de la villa. El fabuloso románico de sus iglesias y ermitas, en línea con la inmensidad arquitectónica de las Cinco Villas, adorna sus templos y fachadas. La gran Iglesia de Santiago, barroca, en la parte baja del casco, o el viejo Palacio de los Condes de Luna que aún se mantiene en pie son las otras joyas de un pueblo viejo, antiguo dominio de San Juan de la Peña, que conserva aún extraordinarias muestras de arquitectura popular que se remontan, en algunos casos, a la baja edad media. Fachadas en sillería o ladrillo, casas blasonadas, un entramado urbano intrincado fruto de la adaptación del hábitat a la orografía y las formas constructivas de cada periodo histórico que han hecho de Luna un referente fundamental del patrimonio aragonés.
© 2017 Jaime Tello García
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