Lledó (Teruel) en Color

LLEDÓ
Lledó es un pueblo fronterizo, situado sobre la misma raya entre Aragón y Cataluña, separado de tierras catalanas tan sólo por las aguas estacionales del Algars. Lledó cuenta con estación de tren, con lo que a mí me gustan los trenes. El edificio de la estación y la plataforma se abandonaron hace décadas después de no muchos años de tránsito del lento ferrocarril de La Puebla de Híjar a Tortosa. Y con acierto, se ha convertido en una fabulosa vía verde, la del Val de Zafán, que recorre los paisajes más hermosos del oriente peninsular. Exuberancia mediterránea en estado puro, que espero recorrer algún día. De vuelta al pueblo, el casco urbano de Lledó no es muy grande, unas cuantas calles que confluyen en la plaza en la que se ubica la iglesia y el ayuntamiento, como es normal. El ayuntamiento cuenta con lonja de triple arcada, estructura de indudable raigambre bajoaragonesa. La preciosa fachada gótica de su Iglesia Parroquial gobierna la Plaza Mayor y de paso ejerce como emblema de este pequeño pueblo turolense perteneciente a la comarca del Matarraña. Es la Iglesia de Santiago Apóstol, preciosa nave pétrea levantada en el siglo XIV que ilustra la antigüedad de las calles y los edificios que forman esta villa recogida, que extiende su caserío por la ladera de un cerro que mira hacia oriente, hacia el valle del Algars, hacia los Puertos y hacia Horta, cuyo perfil fabuloso resguardado por la Muntanya de Santa Barbara queda realzado en la vista magnífica desde las alturas de Lledó.
© 2017 Jaime Tello García