Fuendetodos (Zaragoza)

FUENDETODOS No por obvio es menos relevante mencionar a Goya al hablar de Fuendetodos, ya que es el genial pintor el que ha dado fama universal a su pueblo natal, villa del sur zaragozano en tierras de Belchite. Una tierra yerma azotada por el fuerte cierzo que recorre las tierras aragonesas y da escasa oportunidad a que árboles y cosechas abunden y prosperen. Sorprende pasear por Fuendetodos y descubrir un pueblo de sobria belleza, adornado por la sencilla y abundante …

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FUENDETODOS
No por obvio es menos relevante mencionar a Goya al hablar de Fuendetodos, ya que es el genial pintor el que ha dado fama universal a su pueblo natal, villa del sur zaragozano en tierras de Belchite. Una tierra yerma azotada por el fuerte cierzo que recorre las tierras aragonesas y da escasa oportunidad a que árboles y cosechas abunden y prosperen. Sorprende pasear por Fuendetodos y descubrir un pueblo de sobria belleza, adornado por la sencilla y abundante arquitectura popular de factura modesta y por la iglesia y la casa natal del sordo universal. Aunque la historia de Fuendetodos no comienza y termina con la presencia del Goya infante. Fuendetodos vertebró un amplio territorio marcadamente agrícola en una comarca poco poblada y con un escaso número de asentamientos. Fue villa importante en la Edad Media, momento en que contó con un castillo levantado en el siglo XIII del que quedan algunos restos. Albergó poderosos linajes aragoneses que legaron algunos blasones aún visibles en las calles de su barrio alto.
La Casa Natal de Goya, nacido aquí en 1746, es el edificio más relevante del lugar, aunque no el más monumental, y su principal reclamo. Se ubica en la parte baja del pueblo, y si no fuera por la ayuda de los carteles indicadores, no sería fácil dar con ella ya que es una casa sencilla, de mampostería y ventanas encaladas, técnica constructiva empleada en gran parte de las antiguas casas del pueblo. Por lo demás, el paso del tiempo y, sobre todo, la Guerra Civil que se ensañó con esta tierra aragonesa, causó estragos en un caserío que, en buena parte, ha sido reedificado o abandonado. Así ocurrió con la Iglesia de la Asunción, en origen mudéjar y barroca del XVII, destruida casi por completo y reedificada tras la contienda y que conserva la esencia de su construcción original y, en su interior, la pila bautismal de Don Francisco. Modernos molinos, aulas de naturaleza y cartelones con constantes referencias al pueblo de Goya intentan reflotar con más o menos éxito el tejido económico y demográfico de esta villa, que apenas cuenta con 200 empadronados y recibe más de 20000 visitantes al año.
© 2017 Jaime Tello García


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