CANTALPINO
Pueblo grande del oriente salmantino, entre las comarcas de la Armuña y Peñaranda, Cantalpino tambien se asienta sobre la vieja frontera entre León y Castilla, que hoy son las provincias de Salamanca y Ávila. Algunos historiadores defienden la procedencia del topónimo Cantalpino precisamente por esa naturaleza fronteriza, de "campos" de batalla, raiz que abunda en la comarca (Cantalapiedra, Cantaracillo, etc...). Poblado en el siglo XII, en tiempos de la Reconquista, el poblamiento primitivo en un cerro cercano pronto se trasladó a una zona más baja, donde se ubica el casco urbano en la actualidad, con aguas abundantes del río Poveda tierras más o menos productivas. Desde entonces, la economía se ha basado en la agricultura, como en toda la comarca. La vida en Cantalpino ha transcurrido tranquila y sosegada durante siglos, volcada en el campo hoy un tanto mermado por el despoblamiento que a este pueblo no ha afectado tanto como a otros de la redolada. El día que visité Cantalpino el cielo estaba gris, plomizo, algo que sospecho hizo que no disfrutara tanto de sus fachadas, de su piedra dorada y sus casas de rojizo ladrillo, o encaladas, y muchas revocadas recientemente. La Plaza de España, que alberga el ayuntamiento, ejerce como pequeño centro de servicios para el pueblo. Además no podemos dejar de visitar su viejo apeadero, inutilizado, solitario, en la vía de Salamanca a Medina, en medio de los inmensos paisajes cultivados de los viejos campos de Castilla.
© 2017 Jaime Tello García