Biel (Zaragoza)

BIEL No hay villa o pueblo cincovillano que no valga la pena visitar, en esta comarca todos los pueblos son excepcionales y están a la altura de cualquier visitante exigente. Biel no es una excepción. En los confines de las Cinco Villas zaragozanas, cercano ya a la marca con Huesca se alza su inmenso torreón, dominando el caserío del pueblo y el valle del río Arba. La grandeza de su fortaleza, una de las más contundentes y fotogénicas de Aragón, …

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No hay villa o pueblo cincovillano que no valga la pena visitar, en esta comarca todos los pueblos son excepcionales y están a la altura de cualquier visitante exigente. Biel no es una excepción. En los confines de las Cinco Villas zaragozanas, cercano ya a la marca con Huesca se alza su inmenso torreón, dominando el caserío del pueblo y el valle del río Arba. La grandeza de su fortaleza, una de las más contundentes y fotogénicas de Aragón, advierte al visitante de la importante experiencia que supone el paseo a la villa, impecable conjunto urbano de arquitectura civil, religiosa y popular que ha llegado a nuestros días en excelente estado de conservación. El pueblo se encuentra algo escondido al fondo del valle y protegido por la Sierra de Santo Domingo. No sólo es el castillo del siglo XI, también el conjunto de casas y casonas, las extraordinarias balconadas que se conservan en su Plaza Baja, su Iglesia Parroquial o la belleza del propio valle que extiende sus dominios río abajo recorriendo y vertebrando el oriente de la comarca. Y su barrio judío, el segundo en importancia de la comarca y de los más importantes y mejor conservados de Aragón. No en vano en el siglo XV la mitad de la población de Biel era judía, conformando el amplio barrio en el que desarrollaban sus actividades, ya que no eran sólo agricultores sino sobre todo, artesanos.
© 2017 Jaime Tello García


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