Alba de Tormes (Salamanca)

ALBA DE TORMES Alba de Tormes es una de las grandes villas monumentales y uno de los principales hitos turísticos de los muchos que existen en la provincia de Salamanca. Sin embargo, a pesar de la importancia del patrimonio que alberga la villa, su fama como destino no parece estar tan relacionada con el Ducado al que dió nombre y que ha sido, en los cinco últimos siglos, la principal Casa de España, la Casa de Alba, como con la …

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ALBA DE TORMES
Alba de Tormes es una de las grandes villas monumentales y uno de los principales hitos turísticos de los muchos que existen en la provincia de Salamanca. Sin embargo, a pesar de la importancia del patrimonio que alberga la villa, su fama como destino no parece estar tan relacionada con el Ducado al que dió nombre y que ha sido, en los cinco últimos siglos, la principal Casa de España, la Casa de Alba, como con la presencia en la villa de Santa Teresa de Jesús, que aquí encontró muerte. El esqueleto del santuario que se habría de levantar en su memoria, ha quedado varado sobre el perfil del Tormes esperando mejor ocasión para elevar su estampa en recuerdo de la santa abulense. Volvamos a Los Duques, que han mantenido y mantienen con esta tierra salmantina una estrecha relación y numerosas propiedades. Obtuvieron tal título y dominios de manos de Enrique IV en el año 1472, al transformar el viejo Señorío de Alba en Condado y después, en Ducado. Eran los Álvarez de Toledo, una de las más poderosas familias de la España moderna y unificada. La presencia de la Casa en la villa aportó no sólo prestigio, sino riqueza y un buen número de edificaciones, como el Castillo del que sólo se conserva un torreón (impresiona comprobar en la visita al mismo, la verdadera dimensión original de la fortificación, y entristece saber de su pérdida). Y como decía, Santa Teresa no anduvo manca a la hora de traer fama y gloria a la villa en la que murió y recibió sepultura en 1582. A su figura siguió la fundación de conventos y la abundancia de edificaciones religiosas, sobresaliendo la antedicha e inconclusa Basílica planificada a finales del siglo XIX en estilo neogótico y cuya fábrica destaca junto a la torre de San Pedro. Ambos edificios reciben al viajero proveniente de Salamanca, siendo la principal seña de identidad de Alba junto al Castillo. Hasta siete iglesias se alzan en sus calles, y algunos monasterios, conventos, lienzos y torreones de sus viejas murallas. Y San Leonardo junto al Tormes. Y la Plaza Mayor con ese gracioso aire decimonónico de ciudad pequeña, y sus calles y espacios públicos donde piedra y ladrillo se dan la mano para formar un casco histórico excepcional. Aunque sin duda, de Alba me quedo con la vista distante, con desde la otra orilla del Tormes, o desde su playa fluvial, o desde cualquier punto en el que observar el promontorio sobre un río que parece querer encañonarse, y que exhibe orgulloso la preciosa villa que protege del paso del tiempo.
© 2017 Jaime Tello García


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