Cretas (Teruel) en Color

CRETAS
Cretas es el mejor mirador sobre los Puertos de Beceite de toda la comarca de Matarraña. Todo el pueblo es un mirador, ya que se ubica en una loma que se asoma al valle del río Algars. Desde sus torres, desde sus azoteas, desde los límites del casco urbano o desde el cerro donde se ubicaba el desaparecido castillo, la vista es excepcional. Una vista completa sobre la comarca más bella de España. Pero es desde su Ermita de la Misericordia, a las afueras del pueblo, en la carretera hacia Calaceite, donde el espectáculo es total, con toda la cordillera frente a mí, desde Santa Barbara, en Horta, hasta las estribaciones del Maestrazgo. Y la alfombra que se teje a sus pies, de olivos, almendros, pinar y paisaje genuinamente mediterráneo que se extiende, como un mar, hasta el mismo rompeolas de la ermita.
Es emocionante hablar de Cretas, o de cualquier otro pueblo de esta comarca, ya que todos ellos son excepcionales conjuntos urbanos que hunden sus raíces en una época medieval de castillos y guerreros. Cretas es un pueblo mediano que ronda los 600 habitantes, situado a medio camino entre Calaceite y Valderrobres, las capitales cultural y administrativa de la comarca del Matarraña. Lugar de paso, hasta el punto de atravesarlo la carretera con su travesía que, de no estar advertidos sobre las maravillas que Cretas guarda, deja de lado sus rincones más interesantes. Poblado desde tiempos prehistóricos, el término de Cretas guarda relevantes pinturas rupestres que han merecido el reconocimiento de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. En cuanto al casco urbano, el grueso de su importante patrimonio se configura después de la reconquista, con el crecimiento de su entramado urbano, sus murallas y su arruinado castillo, y a partir del siglo XVI con la construcción de su fabulosa Iglesia de excepcional portada, y la edificación de numerosas casas señoriales que, en buena parte, han llegado hasta nuestros dias. Casas de sólida sillería, pasadizos, arcos y capillas, portales y el color dorado de la piedra bajoaragonesa, las luces y sombras de sus estrechas calles iluminadas por el sol. Y también su Calle Mayor y la Plaza, máximo exponente de su monumentalidad con la columna del siglo XVI, icono del pueblo y perteneciente probablemente a un viejo edificio consistorial que no llegó a construirse. Y en el horizonte, siempre los Puertos, envolviendo el precioso tesoro de esta tierra y sus pueblos. Por último, no podemos olvidar que Cretas tuvo estación de ferrocarril en la antigua línea de la Val de Zafán, y que aún conserva su edificio y otros anejos así como la plataforma de la vía, todo ello integrado en la actual Vía Verde.
© 2017 Jaime Tello García